Tungurahua es un relato alucinante e ilustrativo desde la cosmovisión mesoamericana sobre el nacimiento del gran monte del Chimborazo, el origen de la Serpiente Jaguar, guardiana del gran río, y el nacimiento del río Amazonas, llamado por los ancestros como Tungurahua. En las selvas del Tungurahua la materia no se separa del espíritu, los Apus son seres espirituales que experimentan experiencias humanas; el guerrero que contempla el gran monte también es observado por la gran montaña, la aldea danza para el Tata Inti y este desciende a bailar con su pueblo; el que es ofrenda también es ofrendado. Aquí la búsqueda de la redención del espíritu del Jaguar es la salvación del gran río de la selva, los demás espíritus del bosque ven en el Jaguar a su principal depredador, pero también a un guardián que provoca la vida, y el río con forma de gran Serpiente busca el cobijo y el cuidado en el espíritu del felino. La selva sagrada es el único lugar donde no existe la muerte sino la transformación con un propósito vívido. Nadie está desprotegido ni el azar impera sobre el caos orgánico del orden natural. Ni el Tío Oso Hormiguero es superior al Tío Conejo, ni el Tío Oso de anteojos es inferior al Tío Jaguar; todos están hermanados y hermanan extensos territorios ancestrales. Tata y Mama, como se les llama a los proveedores de vida, salud y consejo, son los dioses que firman la tierra de Tungurahua con serpientes, jaguares, ríos, mitos y montañas.