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Escritores Noveles

La sublimidad del mar

junio 3, 2020

La Sublimidad del Mar

El mar es un mundo infinito y lleno de magia. Es la vida misma. Nos escucha, nos entiende, nos libera y nos renueva siempre.

la sublimidad del mar
La sublimidad del mar

En el mar todo es diferente, no existe el reloj, se disfruta plenamente el sonido del viento golpeando contra él, una y otra vez, las suaves olas sobre el agua cristalina que parecieran ser de todos los “azules” recrean un paraíso terrenal que apasiona, conecta, atrae y enamora cada vez mas.

Es un sistema que une al mundo, guarda historias, secretos, conversaciones, regalos, grandes viajes y aún tragedias, por aquellos que quisieron desafiarlo tanto, que nunca consiguieron salir de él.

El mar merece respeto, su magnitud es infinita y hasta ahora, ningún hombre ha sido capaz de entenderlo ni conocerlo a profundidad.

El mar nos cambia cuando nos adentramos en sus aguas, nada vuelve a ser igual, somos mas libres, mas sanos, mas ligeros, mas felices; tal vez, se lo debemos a sus 89 elementos esenciales para el cuerpo humano, o mas bien, a todo lo que sentimos estando en él.

Nada como un baño en el mar cuando estamos tristes, cansados, estresados o muy felices. Las vacaciones perfectas siempre vendrán acompañadas de buen sol, arena blanca y el horizonte desplegado sobre una inmensa extensión de agua ¡Un espectáculo para nuestros ojos!

En el mar podemos flotar, correr, brincar, gritar, reír, llorar, celebrar, abrazar, compartir, soñar; es allí donde aprendemos a valorar y disfrutar cada día de la vida, es un regalo que nos dejó Dios como recompensa a nuestro esfuerzo y trabajo arduo, aunque visitemos mil veces el mar, siempre salimos con la esperanza de volver a este mismo lugar.

YO AMO EL MAR!

Por: Angie Sanjuanelo.

la sublimidad del mar

En la publicación de hoy:

    Fragmento

    Papel y pluma en mi siniestra, desde mi santuario e inamovible guarida, entregaré la más reciente y trágica historia de un par de ingenuos que quisieron preguntar por mí un día.

    En un tono que para nada me agradó, burlesco y altanero, se mofaron de mí en todas las maneras posibles.

    Queriendo explicar lo que no podrían jamás comprender ni en un millón de vidas, se lanzaron en busca de quien he sido, pero nunca estuvieron preparados para ver quién soy.

    Nadie puede encontrarme a menos que yo así lo quiera. Así que, decidí divertirme con ellos, y mover los hilos de su existencia de la manera más insospechada, para que nos reuniéramos un día, los tres, cara a cara.

    Para poder enseñarles a esos insolentes que yo no puedo ser burlada. Escribo sus lacónicos pensamientos, y miedos más profundos en esta última semana de sus vidas.

    Espero que tú, quienquiera que seas, sepas quien soy sin necesidad de preguntar por mí. Algún día, de manera inevitable, finalmente estarás a mi lado.

    1.

    «Y aquí estoy, siendo arrastrado por fuerzas que no puedo siquiera concebir en mi mente finita.

    Atado de alguna manera en mis dos brazos, y arrastrando mis pies por el desmayo de todo mi cuerpo al estar en la presencia de lo innombrable.

    Escucho de igual manera las pesadas cadenas que arrastran detrás de mí, y el fétido y putrefacto olor de entidades indescriptibles que se asoman eventualmente en el camino fangoso por el que me llevan contra mi voluntad.

    El horror del pantano

    Figuras amorfas y repulsivas se revuelven en el suelo, pero lo más imposible de soportar, lo que es realmente intolerable son los alaridos desgarradores de otros entes que no puedo distinguir en la distante oscuridad de este lúgubre valle.

    Todo el lugar está lleno de despojos, como si fieras profundas del pantano emergieran y desgarraran a los pobres infelices que se aventuran a transitar por este lugar.

    En realidad no debo estar aquí, no tengo por qué estar en este espacio sombrío. Pero mi curiosidad desmedida y el deseo por ayudar a Arthur, mi amigo, me han traído de manera inexorable hasta este lugar.

    Al sacrificio

    Ahora no encuentro salida alguna, ni manera de comunicarme con los repulsivos seres que me someten y llevan al matadero.

    Si tan solo no hubiera escuchado aquella llamada en mi buzón, si tan solo hubiera estado inmerso en mis quehaceres convencionales, seguro no habría tomado el camino que me mostró Arthur.

    Sin embargo siento, a pesar de todo y del inevitable futuro al que estoy destinado, cierta alegría y satisfacción de haber llegado en la ayuda de Laura y de su familia…aunque también debo decir.

    Que lo más probable es que haya acudido por el deseo puro de conocer la verdad y entender los fines de la realidad que nos rodea; sin embargo, debo confesar que esto sobrepasa con creces lo que cualquier sórdida mente pudiera vislumbrar.

    Simplemente no hay palabras en ningún idioma que conozca, que sean útiles para describir al detalle lo repugnante y vil de este valle y de los malditos seres que lo habitan, no puedo hacer más ahora, solo dejarme llevar.

    Noto que mis lágrimas fluyen solas de mis ojos, no puedo contenerlas, ni evitarlas. Es imposible obviar el estupor y el espanto que siento ahora, justo en medio de este abominable hedor de materia en descomposición.

    Derrotado

    Las fuerzas se han ido de mí y no encuentro ánimo alguno que me permita siquiera tener la mínima esperanza de que mi situación cambiará, a menos no para bien.»

    Quiero dejar en claro y compartir los hechos que me condujeron hasta aquí, y los motivos que tuve para seguir el camino que he recorrido. Todo comenzó cuando recibí un mensaje en el buzón de mi teléfono.

    Eran las 3:00 pm, del lunes 11 de agosto del 2008 cuando recibí una notificación de un mensaje de voz.

    Me llamó mucho la atención que me llamaran desde un número extranjero, no me relacionaba con nadie fuera de mi región en Antofagasta, menos en otro país.

    Supuse que solo eran mensajes de algún número equivocado. Los mensajes que recibí aquella tarde, cambiaron completamente mi destino, y también mi manera de contemplar la realidad de esta vida.

    El asunto del tiempo

    Pasaron quince días antes de poder atender con seriedad los mensajes que recibí, ya que al inicio, me parecieron que solo se trataban de una mala broma de Arthur, él siempre fue un bromista, pero este no era el caso.

    Los mensajes llegaron entre las 3:00 pm y las 9:00 pm de ese mismo día, y esto era lo que decía la grabadora:

    «Tiene un mensaje nuevo: de 39 075 457852: “Marcus, Marcus, amigo perdona que te llame así de repente.

    Sé que han pasado muchos años desde la facultad, pero no tengo a quién